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A finales de diciembre comenzó en Madrid una ola de frío que podría dejar a los más aguerridos en casa con una manta y viendo series hasta quedarse dormido. Sólo planes como el concierto de Side Chick, nos hicieron sacar todo el calor que tenemos dentro y disfrutar del final de mes con un par de horas de diversión y música a un precio que anticipa los mejores regalos de Navidad.
La madrileña sala Fun House en pleno barrio de Chamberí sería la elegida para el estreno del nuevo sencillo Superman de este trío de estilo, denominado high voltage garage glam, en el que Maïa, Eduardo y Scarlett se encargan de dejar claro que, con tanta experiencia y ganas, esta banda tiene las armas suficientes para dar mucha guerra los próximos años.
No soy un gran experto de todas las salas de Madrid, pero estoy seguro de que es de las más pequeñas en las que he podido estar. El hecho de que para ir al baño pases (literalmente) al lado del escenario y del cantante al que tienes tantas ganas de ver, resulta de lo más curioso y es toda una experiencia a la hora de vivir un concierto de forma diferente. A pesar del tamaño, es una sala familiar que suele llenarse hasta reventar con conciertos que, con grupos no tan conocidos a nivel nacional, son capaces de hacerte saltar y bailar hasta parecer una piscina de tanto sudar.
Nada más aparecer en escena, el atuendo de Maïa deja claro que a pesar de no tener la capacidad aún de congregar a más de unas 40 personas en una ciudad diferente a Barcelona, no necesitan de un gran público para dar espectáculo, pues vienen cargados con la actitud de grandes rockeros.
Shut your whore mouth, Ride or Die, Your Face is a Butt… Desde el comienzo, se van sucediendo los temazos y se puede sentir en cada uno de ellos la icónica huella y fuerza del punk que dejan en cada nota. Entre todas ellas el esperado sencillo, Superman, todo un disfrute para los ojos y oídos del público de primera fila, separada solo de las guitarras por una pequeña barra al nivel del cuello.
Ya en su culmen, My Love For You deja en todos los que estamos presentes las ganas de un público más joven con el que poder disfrutar saltando y gritando cada palabra de la canción, además de la certeza de que pronto los veremos de nuevo en salas mucho más grandes.
Ya después del concierto volvieron a aterrizar y tuvieron el tiempo de compartir unas palabras con casi todos los asistentes, prácticamente todas de felicitación, y de hacerse fotos con un servidor, que se ha convertido ya en un grandísimo fan de la banda.
Ahora ya podemos darle las gracias a Tinder por hacer que tres músicos tan diferentes se junten para formar un proyecto tan original y con tanto potencial.
